Pero hay más: en enero de 2011 se denunciaron 1.095 atracos; en febrero 1.019; en marzo 1.079 y hasta el 25 de abril 684. En cuanto a las rapiñas en 2010 se denunciaron 11.563. Y nótese que la información hace referencia a denuncias, lo que obviamente no incluye los atracos ni las rapiñas no denunciadas por lo que ese número es en realidad más alto de lo que ya es, y por supuesto más alarmante.
Estos números sirven para entender la situación de la población ante la ola de violencia y criminalidad que nos sacude a todos y justifica la iniciativa del Partido Coloraldo de recoger firmas para bajar la edad de inimputabilidad de los menores (entre otras medidas quiza más importantes pero de menor impacto ante la opinión publica) en el entenido que justamente son niños y adolescentes los que llevan a cabo los delitos más violentos.
Si bien creo que la baja en la edad de los menores no soluciona el problema de los delitos y la delincuencia en general porque los delincuentes no miden las consecuencias de su actuar y nunca manejan la posibilidad de ser apresados, es importante firmar y apoyar esta iniciativa colorada (a la que se sumó el Herrerismo) porque ella incluye también un agravante para los mayores que cometan delitos acompañados de menores y tiende a acabar con la costumbre de que los adolescentes se hagan cargo de lo que no hicieron para salvar a los mayores.
No obstante esto creo que el gobierno debería aplicar políticas complementarias que ayudarían en la lucha contra la delincuencia, he aquí algunas consideraciones: 1) Evitar el despoblamiento del interior, siendo necesario para tal fin conservar y generar fuentes laborales en las zonas rurales, suburbanas y urbanas, con el objeto de que para mejorar o vivir con el decoro mínimo necesario a la dignidad humana no sea necesario desarraigarse mudándose a Montevideo. 2) Planificar los procesos de crecimiento de las ciudades, especialmente de las capitales departamentales y de forma urgente en Montevideo que es donde más se desarrollan las zonas precarias y los asentamientos. 3) Escolarización real, esto es no solo en la asistencia a clases sino en la elaboración de programas educativos que transmitan conocimientos y valores ciudadanos, además de integrar a todos al proceso educativo. 4) Oportunidades de trabajo digno con ingresos acordes a la canasta básica; ambientes laborales socializantes e integradores, en los que el trabajador sea valorado y respetado en cuanto ser humano y no como pieza del engranaje productivo. 5) Distribución de la riqueza para que toda la sociedad participe de los progresos económicos que entre todos se genera.
Lamentablemente el gobierno actual está empantanado en polémicas del pasado y olvida las preocupaciones reales de la gente.
Líber del Fuerte.
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