Según explicaron los docentes al
medio citado, "la gota que derramó el vaso" ocurrió la mañana del
jueves, un hecho que los lectores coincidirán conmigo es mucho más que una gota
por lo grave de la situación y por las consecuencias que pudo haber tenido: el jueves
16, cuando un salón perteneciente a alumnos de primer año de Ciclo Básico se
encontraba vacío porque los jóvenes estaban desarrollando una actividad
curricular en otro recinto, personas ajenas a la institución ingresaron al
aula, robaron las pertenencias de los estudiantes e incendiaron las cortinas y
un banco. El insuceso no pasó a más porque el personal del liceo y los
profesores apagaron el foco con baldes de agua.
El viernes 17 un alumno fue
amenazado por un joven que no concurre a ese liceo, y ese mismo día en un hecho
que aparentemente nada tiene que ver con la amenaza, las clases fueron suspendidas
porque "comenzaron a llover bombas brasileras por las ventanas" dijo
una alumna, mientras que una profesora comentó que se ha constatado que aumentó
el número de jóvenes que llevan armas blancas, algunos para robar y otros para
defenderse.
La pasividad del Ministerio del Interior favorese el incremento delictivo. |
Luego de una reunión entre padres
y profesores se decidió pedir la construcción de un muro perimetral y la
contratación del servicio de seguridad policial (222), a la vez que solicitaron
la reparación de pisos que se han hundido. Las autoridades de Secundaria
respondieron enviando un arquitecto que trabaja en la solicitud del muro
perimetral y el hundimiento de los pisos, y contestaron que veinte liceos han
pedido ya la contratación de seguridad por 222.
Lo que sucede en el liceo 59 no
es un hecho aislado, por el contrario se enmarca en una realidad que en mayor o
menor medida atañe a toda la enseñanza y a toda la sociedad, porque la inseguridad se ha
instalado y el Ministerio del Interior encabezado por el señor Bonomi da
permanentes señales de no saber qué hacer, de indecisión y, a esta altura, de
incapacidad. Prueba de esto último son las tristes manifestaciones de Bonomi al
opinar días atrás que los jóvenes deben evitar vestirse como les gusta para que
no los roben. Aplicado ese mismo razonamiento a la situación del liceo referido,
la solución pasaría por no permitir a los alumnos estudiar así quedan en sus
casas y se evitan ser amenazados, amedrentados y robados en el propio local
donde Secundaria y la Policía deben brindar la debida seguridad física y
material.
Por otra parte no puedo evitar preguntarme qué se hizo para evitar la grave situación que ahora denuncian, y si realmente se hizo ¿qué respuesta recibieron de las autoridades? Creo que ya es hora de que el Gobierno haga algo, se despierte y actúe porque la pasividad de las autoridades está destruyendo nuestra ideosincracia y eso es muy grave.
Líber del Fuerte.
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