Ayer el país se vio afectado en su funcionamiento
por el paro que afectó fundamentalmente
la salud y el transporte. Como siempre ocurre, cada vez que el transporte detiene su actividad acaba perjudicando a
miles de ciudadanos que, sin tener nada que ver con la protesta de ese
sector, no pueden asistir a sus trabajos o sufren la incomodidad y los
trastornos que genera no saber si llegarán en hora a sus obligaciones, ni
cuándo regresarán a sus hogares.
Desde siempre – hasta 2005, cuando comenzó el
primer gobierno del Frente Amplio (FA) – la izquierda ha apoyado incondicionalmente
la actividad sindical y de una forma u otra ha aprobado los paros y las
protestas que los sindicatos elevaban contra los gobiernos de turno. Pero ahora
que le ha tocado al FA ser gobierno la visión que este conglomerado tiene de
las protestas y los reclamos sindicales ya no es tan positivo y, aunque parezca
mentira, dice hoy lo que siempre dijeron
los políticos de los partidos tradicionales cada vez que el PIT CNT detenía
alguna actividad nacional: las pérdidas millonarias que cada paro genera al
país, y el perjuicio que causa a otros ciudadanos, especialmente a los más
necesitados.
Aunque
parezca mentira, nuestro presidente José Mujica dijo ayer que los paros
“perjudican a los sectores más humildes” y a los que “tienen más necesidades”.
No es difícil entender este cambio de actitud del
titular del gobierno y del todo el gobierno frenteamplista. Cualquiera puede
darse cuenta que los dirigentes del FA
asumen posiciones según el lugar que ocupe en el complejo entramado del poder,
al extremo que aquellas políticas que criticaban a blancos y colorados ya no
las critican más y lo que es peor las
aplican.
Esta actitud, travestismo político e ideológico, ha
generado en el seno del gobierno grandes problemas y diferencias con las bases,
desde la temprana renuncia del ex diputado socialista Guillermo Chifflet el 1
de diciembre de 2005, hasta los bochornosos episodios de este año referidos a
la Ley de Caducidad. La última perla de esta tortilla la dio el propio Mujica
ayer al cuestionar lo que siempre defendió: la actividad sindical.
El poder ha cambiado muchas cosas en el FA. (Foto de peru21.pe). |
Parece que ahora los sindicalistas no defienden a
los más humildes y necesitados como siempre se dijo, sino que los perjudica.
Vale decir entonces que cuando el PIT
CNT decía que paraba para defender los intereses de los pobres y el FA lo
apoyaba estaban mintiendo, y aquellos contra los cuales paraba (los gobiernos
de Sanguinetti, Lacalle o Batlle) tenían razón al decir que solo perjudicaban
al país y a los más necesitados.
Siempre he creído que la ideología frentista era y es la mayor estafa que ha conocido este país,
mucho más que la tiranía de los Gregorio Álvarez y Cia, porque estos a pesar de
ser siniestros dictadores siempre se mostraron tal cual son. Pero el FA que siempre se embanderó con
discursos populares, se vistió de defensor de los pobres y quiso aparecer como
inmaculado e incorruptible, ha demostrado que todo su discurso no fue otra cosa
que un arma para llegar al poder, y una vez en él aplica políticas que
siempre criticó y critica a quienes antes se alió, como los sindicatos.
Líber del Fuerte.
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