La buena noticia del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU) es que en el último mes no hubo fugas de menores y el sábado pasado, 30 de julio, se aborto un intento de rescate. El presidente del instituto, Javier Salsamendi, dijo en comisión de Presupuestos de Diputados que se han puesto en funcionamiento mecanismos de “inteligencia internos” por los cuales pudieron anticiparse a los hechos y evitar lo que seguramente incluiría un motín.
Javier Salsamendi, presidente del INAU. (Foto de espectador.com) |
Expresó también que al no haber
fugas se ha generado un grave problema
de hacinamiento. En diciembre de 2010 el INAU tenía 320 adolescentes
(infractores) internados, hoy hay 437 y en breve se llegará a los 500, sin que ese incremento se viera acompañado
de cambios en la infraestructura. Agregó que espera solucionar el
hacinamiento “en menos de 20 días”, a la vez que informó que se ha avanzado en
los planos arquitectónicos para adaptar un predio del Ministerio de Defensa que
comenzará a funcionar en 2012, albergará a 300 menores y está localizado en una
zona de Montevideo con poca población.
Lo que está faltando es aumentar el número de funcionarios. A juicio de
los directivos del INAU el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (SIRPA)
necesita 672 funcionarios más. (Información tomada de El Observador.com.uy,
03-08-2011).
La noticia es buena, nadie puede
negarlo. Que en el último mes no haya
habido un solo menor fugado es un logro importante, sobre todo cuando era
común recibir noticias de escapes, algunos espectaculares. Además, por razones
que creo obvias, siempre se escapan los
peores, los que salen pensando en robar.
Pero lamentablemente ese éxito ha generado en el seno del INAU
una nueva dificultad. La del hacinamiento. Pero esto no debe quitarnos el
entusiasmo ni hacer decaer el ánimo de nadie. En todos los órdenes de la vida
la superación de dificultades genera, nos lleva o nos pone frente a otras, como
si fuera una carrera de vallas u obstáculos.
El sistema político debería acelerar la búsqueda de nuevos lugares
donde recluir a los menores hacinados, porque es sabido que la aglomeración
en centros de reclusión y rehabilitación genera y multiplica desconformidades y
esto deriva en problemas entre los propios internos o de internos con sus
cuidadores, amotinamientos y destrucción masiva de los locales, con el
consecuente costo económico y humano.
No quiero terminar sin remarcar
la operación que anuló el escape a través del rescate planeado para el sábado
pasado. Acciones así constituyen un
mensaje claro para quienes hacen de la delincuencia su modo de vida, y eso
es lo que todos reclamamos a las autoridades: acciones y mensajes en el sentido correcto.
Líber del Fuerte.
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