Para poder escribir cada mañana de lunes a
viernes un comentario que pueda resultar interesante, útil y actualizado para quienes
tienen la amabilidad de leer día a día el presente blog, cada jornada debo
recorrer varias noticias provenientes de distintos medios de comunicación,
tomar notas, contrastar información, pensar y finalmente escribir. En ese
proceso suelo cruzarme con muchas noticias desagradables en distintos ámbitos
del actuar humano, pero quienes hemos ejercido el periodismo o como ahora
realizamos comentarios sobre diferentes asuntos en un espacio como este – que
también es una forma de periodismo – sabemos que es necesario bucear entre miserias humanas porque estas suelen ser un
ingrediente no menor en el interés cotidiano de las personas. El esclarecimiento
de un homicidio brutal nunca es tan noticioso como el homicidio en si mismo; la
firma de un tratado de paz que ponga fin a una guerra, nunca es de tanto
interés para el mundo como la guerra misma. Los países, pueblos, sociedades y
naciones que ocupan el mayor espacio en los medios son aquellos que viven
situaciones negativas.
Eso tal vez pueda explicarse porque los acontecimientos positivos y buenos son
naturales al ser humano mientras que los negativos y malos generan reacciones
emocionales, psicológicas e intelectuales más fuertes y definidas. Podría
dar muchos ejemplos pero ellos escaparían al objetivo de este artículo y lo
extenderían demasiado.
Sin embargo hay acontecimientos positivos que, aunque nunca son difundidos con la contundencia con que sí los
son los negativos, despiertan admiración, contagian buena onda y nos hacen pensar que el mundo, por
horrible que nos parezca a veces, tiene posibilidades de salvación y superación.
En la columna de ayer abordé muy someramente la
problemática de Somalia. Una realidad muy lejana a la nuestra pero que afecta a
millones de habitantes y sobre la que creo el mundo debe estar enterado, porque
cada vida allí vale lo mismo que cada
vida aquí o en cualquier parte del mundo. Cuando pienso que la muerte por
desnutrición de un niño en Uruguay despierta la indignación colectiva de todos
nosotros mientras que la muerte por la misma causa de miles de niños somalíes
nos es más o menos indiferente me doy cuenta de lo injusta que es la
existencia.
Pero no voy a volver sobre los males de aquella
nación del Cuerno de África. Me interesa si resaltar la noticia que difunde hoy
el portal Infobae, titulada “Un niño
ghanés de 11 años busca salvar Somalia”. Y desarrolla que se trata del niño
Adansi Bonnah el cual
“ha comenzado una campaña sorprendente para ayudar a una nación desvastada por la
hambruna”.
El propio Adansi ha explicado que
quiere que se “conozca el sufrimiento de
los somalíes” para “poner fin a la hambruna que hay allí”, y con ese objetivo
se ha propuesto reunir 20 millones de cedis (algo más de 13 millones de dólares). Ya ha
obtenido 7 mil dólares.
La imagen de Somalia. (Foto de Reuters, tomada de Infobae). |
El niño de 11 años ha despertado
el interés de las Naciones Unidas y ha agendado entrevistas con dos ex
presidentes de Ghana, Jerry John Rawlings (actual alto representanta de la
Unión Africana para Somalia) y John Agyekum Kufuor (actual embajador mundial
contra el hambre) con el fin de que le ayuden.
Según la ONU más de tres millones de personas necesitan "ayuda
inmediata para salvar su vida"; y la Organización
Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que una epidemia de cólera se está
propagando por Somalia, lo que deja a los
niños vulnerables a la muerte por deshidratación.
Agrega
Infobae que Margot Wallström, relatora especial de la ONU sobre violencia
sexual en los conflictos, considera que huir
no es fácil para nadie, menos para las mujeres porque “durante el largo y
peligroso viaje de Somalia a los campamentos de Kenia, las mujeres
y niñas son objeto de ataques, incluidas
violaciones, de grupos armados y bandidos".
CADENA DE FAVORES. La iniciativa
de Adansi Bonnah me ha recordado la película
Cadena de Favores (Pay It Forward), dirigida por Mimi Leden y
protagonizada magníficamente por Haley Joel Osment (como Trevor), Kevin Spacey
(Prof. Eugene) y Helent Hunt (Arlene McKinney), la que recomiendo a quienes no
han tenido oportunidad de verla. El argumento gira en torno a Trevor que recibe
del Prof. Eugene la tarea de presentar un proyecto sobre cómo mejorar el mundo,
y él idea algo tan simple, básico pero fundamental como una cadena de favores,
la que podría desarrollarse exitosamente si los seres humanos no fuéramos tan
mezquinos.
Líber del Fuerte.
0 comentarios:
Publicar un comentario