30 agosto 2011

EN EL DIA DEL DESAPARECIDO RECORDAR QUE LOS DERECHOS HUMANOS VALEN PARA TODOS LOS CIUDADANOS.

Hoy martes 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Desaparecido. El portal de noticias Montevideo.com informa que en la tarde de hoy, a partir de las 18.30, se realizarán en la Plaza Libertad espectáculos musicales y se exhibirá un video referido a la fecha. Valentín Enseñat, del grupo Hijos de Desaparecidos, dijo a Montevideo Portal que esta jornada es una “oportunidad ideal para resignificar el término detenido desaparecido” que ha perdido “sus características esenciales”. Se trata, dijo, de “personas como cualquiera que fueron secuestradas por el Estado y al día de hoy siguen desaparecidas”. Opinó que sobre los desaparecidos el gobierno ha dado “buenas señales” como la revocación de los actos administrativos que habían sido incluidos en la Ley de Caducidad, pero reclamó una “política de Derechos Humanos” que hoy no existe.


COMENTO. La sociedad uruguaya  mantiene, desde 1985, un  amplio y muy activo debate sobre los Derechos Humanos. Esta fue una de las polémicas más trascendentes en el primer gobierno democrático encabezado por el Dr. Julio Sanguinetti, pues él incluye aristas filosóficas, ideológicas, políticas y por supuesto humanas muy profundas, y desde entonces se ha mantenido por más de un cuarto de siglo, con intensidad intermitente, pero siempre presente. Recuerdo haber escuchado al presidente José Mujica decir en cierta oportunidad que el de los desaparecidos y los Derechos Humanos es una cuenta pendiente que sólo se superará cuando las generaciones que participaron de los enfrentamientos hayan fallecido, pero creo que el presidente se equivoca porque desde las llamadas “organizaciones sociales” (madres, hijos, nietos) se alimenta la dinámica del reclamo para mantener viva la herida social y poner siempre y a cualquier costo el tema en el debate político.

DERECHOS HUMANOS COMO ARMA POLITICA. Es necesario precisar que todos entendemos los argumentos de aquellos que reclaman que se investiguen las desapariciones y/o muertes de sus seres queridos. Entendemos el dolor y la necesidad psicológica de encontrar respuestas, como el propio Valentín Enseñat lo ha dicho, responder el por qué, quién y el cómo. Hace años Luisa Cuesta se refirió al tema en el semanario Búsqueda reclamando la necesidad psicológica y su derecho de tener un lugar determinado en el que depositar una flor.

El problema es cuando se hace del dolor natural y comprensible un instrumento político, una herramienta de activismo social permanente con un objetivo ideológico y muchas veces partidario, lo que fue denunciado por la propia Cuesta en el libro “Viejos son los trapos” al ser entrevistada por Raúl Ronzoni y Mauricio Rodríguez.

Como sabemos el Frente Amplió utilizó la noble consigna de los Derechos Humanos y el dolor de los familiares de ciudadanos desaparecidos  durante la dictadura como un arma política y movilizadora de primera línea detrás de la cual se alinearon no solo los involucrados que veían en aquella bandera a su seres queridos, sino también muchos jóvenes idealistas, pues ¿cómo y quién puede permanecer indiferente o dar la espalda a un llamado de defensa de los derechos humanos? Durante veinte años, desde 1985 a 2005, la izquierda se identificó con la anulación de la Ley de Caducidad y pretendió hacernos creer que los desaparecidos continuaban siendo tales por la inacción o maldad de los gobernantes de turno y que con voluntad política se solucionaría esa cuenta pendiente dolorosa.

Con ese discurso, a veces más o menos explícito, a veces más o menos implícito, dependiendo de la necesidad estratégica del momento, la izquierda fue alimentando esperanzas, y cuando en 2004 Tabaré Vázquez ganó las elecciones y obtuvo mayorías en ambas cámaras como no conoce la historia parlamentaria reciente, las madres, los hijos y todos los ciudadanos que durante muchos años lucharon por los Derechos Humanos creyeron que la lucha llegaba al final, que eran victoriosos y que verían el nombre y la memoria de sus seres queridos reivindicados… Pero no fue así.

El 20 de mayo de 2005, recién inaugurado el gobierno del Dr. Tabaré Vázquez, se llevó a cabo la décima Marcha del Silencio, la primera en que participó un presidente y de acuerdo a las crónicas del momento, el mandatario deseo que “sea la última” porque confiaba en que en el correr de ese año “se aclare qué fue lo que sucedió con los detenidos desaparecidos y todos reconozcamos nuestros errores”. El entonces ministro de Trabajo (hoy del Interior) Eduardo Bonomi expresó a la prensa que aquella era la primera Marcha que “no es de presión al gobierno sino que está en línea con él”. El periodista Gerardo Bleier (hijo de Eduardo Bleier, un militante comunista desaparecido) consideró que aquella marcha de 2005 no era una marcha más porque “se ha producido un cambio cultural en la sociedad uruguaya que terminó por resquebrajar la impunidad”.

Los años han pasado y mucha agua ha corrido. Los más optimistas o quienes se niegan a ver la realidad dicen que algo se ha avanzado, sin embargo este año (el 20 de mayo) se llevó a cabo la 16ta. Marcha del Silencio con las mismas o similares consignas de siempre cuando gobernaban los Partidos Tradicionales: “Verdad y Justicia, derechos de todos, responsabilidad del Estado”.

PROGRAMA DEL FA. Si el lector ingresa en la página web del Frente Amplio encontrará allí el Programa 2010-2015, y en uno de sus pasajes dice clara y textualmente: “La cultura de la impunidad que ha impregnado el accionar de los gobiernos luego de recuperada la democracia deberá quedar definitivamente atrás y en su lugar se forjará una cultura en el respeto a los derechos humanos para los cuales es imprescindible cumplir con el mandato del Congreso anterior de adecuar ‘la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el país’, incluyendo la anulación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, principal estamento de impunidad” (Programa de Gobierno, V Congreso Extraordinario Zelmar Michelini 13 y 14 de diciembre de 2008. Capítulo Uruguay Democrático; c) Líneas de Perspectiva para el próximo quinquenio 2010/2015, página 130).

OTRA CUENTA PENDIENTE. Pero si estamos de acuerdo en que los Derechos Humanos en los cuales se enmarca el Día Internacional del Desaparecido son universales, esto es abarcan a todos los seres humanos, e incluye a todos los ciudadanos uruguayos, el gobierno no debería bajo ningún concepto aceptar y mucho menos hacer política partidaria con ellos, siendo su obligación atender todas las violaciones a los derechos humanos por igual, sin medir la ideología política de la víctima.
Exhumación del peón rural Pascacio
Baez Mena, asesinado por la guerrilla
tupamara. ¿Para él no hay derechos
humanos?

No se me confunda ni mal interprete. No defiendo a dictadores de ningún color, si a los familiares de las víctimas de la guerrilla tupamara que irrumpió en el país en los años 60 contra la democracia vigente entonces. Mientras los ciudadanos muertos por balas guerrilleras, torturados por manos tupamaras y secuestrados no tengan el mismo tratamiento que si tienen los que se alinearon detrás de la izquierda, Uruguay entero vivirá en permanente injusticia y los discursos que se digan carecerán de sentido.

Pero pretender que el FA actúe con equilibro en este tema es una quimera imposible. Si a sus militantes y simpatizantes los ha embaucado con un doble discurso e intereses meramente militantes y electorales, ¿cómo esperar que sea justo con aquellos que murieron defendiendo las legítimas instituciones democráticas que ellos quisieron derribar?

Líber del Fuerte.

1 comentarios:

Tulio Peralta dijo...

¡Muy justo tu artículo Líber del Fuerte!
En 1985 se otorgó la amnistía a los tupamaros. En 1986 se otorgó la amnistía a los militares.
Si se habla de impunidad para los militares, debería hablarse de impunidad para los tupamaros. Gracias a aquella amnistía, Mujica recuperó la libertad.
Tengamos muy en cuenta que los tupamaros atentaron contra la democracia desde los años 60. No lucharon contra la dictadura, porque para ese entonces estaban derrotados por los policías y militares.
En 1980, en un hecho muy peculiar, la dictadura respetó el resultado del plebiscito que le fue adverso.
Sin embargo, en los tiempos actuales, el gobierno del FA no respeta lo votado en dos elecciones por la ciudadanía(1989 y 2009), en relación a mantener la Ley de Caducidad.
Es muy importante tu exposición Líber porque representa un aporte para ver los hechos en toda su dimensión y contemplando a todas las partes y aplicando la universalidad de los Derechos Humanos. Si la izquierda solamente ve a las víctimas de un lado, entonces NO respeta los derechos humanos.
Los demócratas debemos vigilar que no se siga contando la historia al revés o recortada.

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