16 septiembre 2011

PROHIBIDO HABLAR MAL DE LA HOMOSEXUALIDAD.


Desde hace algunos años nuestra sociedad debate los derechos de los homosexuales. Es un debate del que la sociedad casi no participa. La mayoría de los ciudadanos mira de costado, con indiferencia y hasta con aire de superior desgano, como si el tema no le afectara de gran forma y mirando sobre el hombro parece decir algo así como “no es un problema mío, que los maricas (por no decir un término mucho más grosero) se arreglen”. Pero lo cierto es que la indiferencia y el desinterés por ese tema que muchos creen ajeno es la causa de que en la sociedad se impongan, de forma creciente y a paso seguro, la doble moral en la que se sustenta esa conducta sexual.


No es un tema fácil. En un país en el que afortunadamente se puede opinar sobre cualquier asunto en un marco de respeto mínimo y determinado; un país que se informa sobre todos los temas, donde políticos de todos los partidos, gobernantes y opositores, ex presidentes y aún el presidente actual pueden caminar sin problema y mezclarse con la gente sin que sufran agresiones (salvo casos muy aislados) ni atentados, se ha impuesto la prohibición casi total a hablar u opinar sobre la homosexualidad.

No es una prohibición clara ni terminante como puede ser “prohibido fumar” o “prohibido hablar con el conductor”, sino mucho más sutil, tácita e implícita. Y es lógico que así sea, quedaría muy grosero decretar “prohíbo hablar mal de la homosexualidad”, pero en los hechos es así, quien critique esa elección sexual corre el riesgo de ser destituido y denunciado civil y hasta penalmente.

GRAVÍSIMA DENUNCIA. El País informa hoy que la profesora Olga Rivero que ocupaba el cargo de directora de la Escuela Técnica de San Carlos fue separada del cargo por realizar comentarios críticos sobre la homosexualidad en el programa Punta Política que se transmite por canal 11 de Punta del Este.

El mal uso de la ley da a los homosexuales
la característica de intocables. Una
denuncia seria puede convertirse en
acusación  para el denunciante.
(Imagen de prensacatolica.net)
En ese programa Rivero dijo que la homosexualidad es “una enfermedad” y que se debe “vigilar” que los docentes gays no transmitan esa condición a los alumnos.

Rivero dijo al programa de televisión que existen grupos que trabajan para llevar a los jóvenes a la homosexualidad.

El inspector regional del Concejo de Educación Técnica Profesional (CETP), Jorge Mauro, explicó al matutino que la directora fue separada del cargo por otro problema ocurrido hace tres años en Lavalleja, pero no supo decir al periodista en qué consistió ese episodio.

REACCIONES. Daniel Melo, primer homosexual que obtuvo la tenencia de dos menores, y los grupos Maldonado Diverso y Ovejas Negras reaccionaron de inmediato. Melo radicó denuncia penal contra la docente por discriminación; Maldonado Diverso anunció que realizarán una demanda por “apología del odio” y “discriminación”; y Ovejas Negras conminó a las autoridades de la educación a instruir un sumario administrativo. Como si fuera poco un grupo de ediles fernandinos de los que El País no da nombres, envió una carta al presidente de la Junta Departamental. La misiva dice en uno de sus pasajes: “queremos dejar de manifiesto nuestro más absoluto rechazo a las declaraciones realizadas en un canal de TV local, por parte de la Sra. Directora de UTU de la ciudad de San Carlos, las cuales a nuestro entender dejan en evidencia una clara postura homofóbica y agraviantes hacia toda la Comunidad Gay”.

OPINIO: ¿ENFERMEDAD? En 1973 la Asociación Norteamericana de Psiquiatría y en 1991 la Organización Mundial de la Salud dictaminaron que la homosexualidad no es una enfermedad. A los profesionales de la salud corresponde debatir, cuestionar o confirmar esa conclusión que nosotros solo nos limitamos a acatar. Pero que no sea una enfermedad no quiere decir que sea una conducta buena o positiva en el sentido de que el común de la gente considera conducta buena o positiva. Hay muchos comportamientos que sin ser enfermedades mentales no son buenos para quienes los practican ni para la sociedad en general.

DUALIDAD DE CRITERIOS. También se observa una dualidad de criterios. Ayer el semanario Búsqueda informó que el senador Daniel Martínez (Frente Amplio, Partido Socialista) dijo que los productores agropecuarios que se oponen a la minería Aratirí son enfermos mentales, sin que nada suceda. Si bien la supuesta discriminación de Rivero es del mismo tenor, la diferencia entre los dichos de la profesora y los del legislador está en que los productores agropecuarios no gozan de ese escudo de intocables que tienen los homosexuales.

LO QUE REALMENTE IMPORTA. Es preocupante que las reacciones por los dichos de Rivero se centren en una supuesta e irreal agresión a la comunidad homosexual y que las autoridades de la educación, los ediles ni ninguna autoridad se ocupe de lo que realmente importa que son la denuncia que realiza la educadora.

Dijo no oponerse a que docentes gays trabajen en los centros de estudio y llamó a las autoridades a vigilar el comportamiento de estos para que no trasmitan su condición a los alumnos. Esto es realmente grave y si la directora lo dice algún motivo tendrá. Sus palabras no discriminan a nadie, denuncian una situación realmente inquietante, porque si un profesor o profesora heterosexual “conquista” a uno de sus alumnos y una autoridad lo denuncia toda la sociedad se indignaría contra el “conquistador”, pero como los homosexuales están sobreprotegidos se señala y acusa a la docente que plantea el problema.

Rivero dijo también que hay  grupos que trabajan para llevar a los jóvenes a la homosexualidad.

Esas denuncias ¿no son verdaderamente graves? Si las autoridades de la educación no dicen nada, ¿los padres de los alumnos tampoco se inquietan y no tienen nada que reclamar en bien de la orientación sexual de sus hijos, sin interferencias ni manipulaciones?

Los homosexuales suelen discriminar, atacar y
ridiculizar a los católicos. Quizá sea hora de
de que estos también hagan valer la ley que los
ampara en su creencia. (Foto de
elnuevodiario.com.ni) 
Lo que hay que investigar es si realmente hay docentes gay que seducen a los alumnos y si hay grupos de presión que estimulan la homosexualidad en los jóvenes. Si es así, ¿a los padres no les preocupa saber dónde actúan esos grupos ni que ambientes frecuentan?  

DESPROPOSITO. Las acusaciones de los activistas homosexuales son un verdadero disparate. Cuando se redactó y aprobó la ley Nr. 17.817 (ver texto completo en http://www0.parlamento.gub.uy/leyes/AccesoTextoLey.asp?Ley=17817&Anchor=) no era para dar a los homosexuales una categorización superior porque la misma ley ampara a otras minorías y estas que sí hacen un buen uso de la norma no caen en la intolerancia de no aceptar críticas ni cuestionamientos.

Es necesario acabar con los abusos que los grupos “sexualmente diferentes” hacen de la ley 17.817 y para eso los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben ocuparse del tema de forma urgente. Mientras no lo hagan privilegiarán la homosexualidad por encima de la heterosexualidad y eso está muy mal porque todos somos igual ante la ley.

Líber del Fuerte.

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