15 junio 2011

ESPIONAJE EN URUGUAY, COMO EN LAS PELICULAS PERO EN LA VIDA REAL.

“A fines de mayo se supo que Presidencia difundió accidentalmente la adquisición de equipamiento para espiar con destino a la Dirección Nacional de Inteligencia de Estado (Dinacie). En aquel momento se habilitó la compra directa a una empresa israelí de un bloqueador de celulares, un micrófono para pared y dos relojes grabadores de voces. El documento, publicado por El País, lleva la firma del presidente Mujica y el ministro Rosadilla”. Así finaliza la información publicada por el diario El País el martes 14 de junio.

El cuerpo principal del artículo se refiere a la preocupación del diputado colorado José Amy (Vamos Uruguay) que advirtió sobre la sospecha de que está siendo investigado (espiado sería el término correcto en el contexto de la noticia). “Tenemos sospechas, se han dado algunos acontecimientos raros”, dijo, y agregó que “son conjeturas, no tenemos la prueba, de lo contrario nos habríamos presentado ante la Justicia. Los aparatos (el equipamiento para espirar) no los tiene solo el gobierno, ahí surge nuestro temor", aseveró el legislador.
 Luego de leer la noticia, de la cual creo que se ha dicho poco porque al parecer preocupa más la situación amorosa de Forlan, no logro  entender qué es lo que está sucediendo en el país y a nivel de gobierno, ni cuáles son los motivos que llevan a la Dinacie a realizar una compra de esa naturaleza, la que según las autoridades debió ser secreta con el claro objeto de espiar secretamente a alguien o algo.

Supongo que ningún gobierno – ni siquiera este que ha sido muy errático en muchos aspectos – realiza una compra de esa naturaleza sin un motivo claro y pensando utilizar los elementos adquiridos con o en un objetivo concreto. La pregunta es: ¿a quién o a qué piensan espiar los agentes del gobierno y por qué?

La denuncia (o manifestación pública de su preocupación) del diputado colorado me recuerda a Richard Nixon y su famoso “Watergate” descubierto el 17 de junio de 1972 (39 años ya), y creo que si alguien del gobierno o fuera de él tiene intenciones de vigilar o ha vigilado ya los movimientos de la oposición, estamos frente un hecho gravísimo que, además, atenta contra la libertad y la democracia.

Pero si el objetivo no es la oposición sino salvaguardar las instituciones democráticas la pregunta es ¿qué, quién o quiénes las ponen en riesgo y cuál es la intensidad del mismo? En este caso entiendo la necesidad de la reserva sobre las actuaciones concretas de la Dinacie, pero ¿es verdad lo afirmado por Amy que “esos aparatos no los tiene solo el gobierno”. ¿Quién más los posee y en qué los usa?

El periodismo, la oposición y sobre todo la opinión pública deben estar atentos porque el ambiente nacional parece enrarecerse cada vez más y desde el gobierno no se dan señales claras en ningún sentido, por el contrario quienes observamos desde afuera solo vemos el caos, las contradicciones internas permanentes y los mensajes confusos como el debate sobre el famoso video fantasma de un supuesto grupo militar.

Nada de esto sería tan grave si nuestros gobernantes no simpatizaran con gobiernos de tendencia totalitaria como Venezuela, o claramente dictatoriales como Cuba.

Líber del Fuerte.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

http://oliveraluis.blogspot.com/

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