24 junio 2011

IDEOLOGÍA, CULTURA Y CONTRACULTURA. COMENTANDO AL DR. JULIO MARÍA SANGUINETTI.

Uno puede estar de acuerdo o no con las posturas políticas del Dr. Sanguinetti, lo que no puede negarse es que de los ex presidentes es el de mejor pluma a la hora de exponer ideas, análisis y pensamientos, pues posee la virtud de hacer deleitables sus artículos periodísticos y escritos en general aún cuando se discrepa sutil o frontalmente. Pero si se trata de un tema en el que concordamos, mejor.
El domingo 19 el ex presidente escribió un a columna en El País titulada “Ideología y Cultura” en la cual aborda temas que creo no podemos soslayar y que los ahora renombrados politólogos deberían observar.

Comienza el Dr. Sanguinetti de forma contundente, metiéndose desde la primera oración en el tema que tratará: “El Frente Amplio uruguayo ha sido históricamente  un típico representante de la izquierda latinoamericana (…). En los últimos años, se le desvaneció el sueño guerrillero, aceptó las reglas de la democracia liberal y el rotundo fracaso de la planificación económica socialista le impuso, aunque fuera a regañadientes, los códigos de la economía de mercado”.
El Fa fue derrotado ideologicamente pero no lo reconoce.
Agrega el ex presidente colorado: “Detrás de esa mutación, el Frente pudo crecer y aproximarse al gobierno. Para llegar a él, tuvo que abandonar otros tópicos de su vieja ideología. El no pago de la deuda externa y el rechazo al Fondo Monetario Internacional (…) se enterró de mal modo” y “pasaron al olvido la reforma agraria, la nacionalización del comercio exterior, la expropiación de la banca extranjera, el control de cambios, el rechazo a toda asociación público-privado y el repudio a los ‘privilegios’ impositivos que, para atraer inversiones extranjeras, se habían concedido a multinacionales”.

“En una palabra, el Frente Amplio fue derrotado ideológicamente, aunque nunca lo haya conocido por expreso”. Pero mientras tanto impuso al país “un conjunto de valores y hábitos de comportamiento que configuran aquellos que los antropólogos denominan ‘una cultura’. De este modo escondió el bienvenido entierro de sus ideas al mismo tiempo que, infortunadamente, lograba instalar unos contravalores obturadores de la posibilidad de progresar”.

COMENTARIO: Lo afirmado aquí por el Dr. Sanguinetti no solo es una verdad innegable sino que además fácilmente demostrable. Desde el gobierno y la agrupación política FA se dan permanentes señales que confirman el cambio ideológico y político de la izquierda. Y es lógico que así sea ya que solo los necios no ven que aquellos postulados que el FA mantuvo hasta comienzo del año 2000 solo conducen al fracaso y que solo eran aparentemente buenos como discurso de barricada, buenos como aglutinadores, propiciadores y multiplicadores de desencantos, pero nunca como instrumentos de política práctica a la hora de gobernar. Y los dirigentes del FA lo sabían. La pregunta es ¿por qué entonces los sustentaban e impulsaban a sus militantes a repetirlos y propagandearlos?, acaso ¿no constituye eso un engaño o una estafa ideológica de suma gravedad?

El FA impuso contravalores obturadores del progreso
Continúa Sanguinetti ingresando ahora en el terreno cultural, y refiriéndose a los contravalores que señaló antes afirma: “La historia nacional se reinventa”, y ejemplifica con Artigas (convertido en “líder populista”), Rivera (“vilipendiado”), y la historia reciente (“al extremo de afirmar que los tupamaros lucharon contra la dictadura, ignorando que cuando ella irrumpió ya estaban todos presos”). “Ya no se admira el éxito (…). El mérito sucumbe ante la medianía y en todo hay que igualar para abajo”. “La pobreza ya no es un mal a superar sino una virtud a reconocer y premiar (…). La autoridad se disuelve (…), las jerarquías se horizontalizan: es lo mismo ser profesor que alumno, director que dirigido. Y en estos días hemos llegado al delirio que Ministros y legisladores del gobierno se permiten cuestionar al propio presidente”.

COMENTO: Así como está claro que el FA ha perdido ideológicamente y se ha visto obligado a cambiar y tomar decisiones que van a contrapelo de lo que siempre vociferaron desde la oposición, no es menos cierto que está logrando imponer en la sociedad una nueva forma cultural que va cambiando las formas de ser y de pensar de todos nosotros, aún de los que nos resistimos, porque es tanta la presión ejercida desde la escuela, los liceos, las facultades, los medios de comunicación, etc. que el avance es avasallador, cada vez más contundente y progresivo. Tal vez la demostración más clara del triunfo de la contracultura es el mismo presidente José Mujica con sus maneras y formas impropias de un Jefe de Estado.

Por eso las alternativas, entiéndase los partidos tradicionales, deben moverse con inteligencia y rapidez. El Partido Colorado ha sabido cambiar y ha dado sin traumas ni complejos la bandera al Dr. Pedro Bordaberry que cuenta con una magnífica proyección hacia el futuro. El Partido Nacional parece caminar en el mismo sentido, los últimos movimientos del Dr. Luis Alberto Lacalle lo prueban y ha sido sabio al actuar alejado de las elecciones nacionales para dar a su partido el espacio, tiempo y oxígeno suficientes.

Quiero confiar y confío en que los partidos políticos con más historia y trayectoria en el mundo, los que construyeron este hermoso Uruguay, sabrán asumir sus responsabilidades y adecuarse a los difíciles tiempos que ya nos han venido encima.

Líber del Fuerte.

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